G. Moreno, J. Escudero, C. Moro Serrano, J. Rondón Parajon
PUNTOS CLAVE Epidemiología. Las arritmias ventriculares son complicaciones frecuentes de cualquier cardiopatía estructutal. En el seno de la cardiopatía isquémica aguda, es decir bajo isquemia miocárdica severa, aparecen en el 100% de los sujetos que la padecen. Su importancia clínica puede ir desde extrasistolia asintomática a la taquicardia ventricular, cuya duración y frecuencia van a dictar la repercusión sintomática.
Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferencial debe excluir fundamentalmente tres tipos de taquicardia: a) taquicardia supraventricular conducida por aberrancia o bloqueo (permanente o funcional) de una de las dos ramas principales del haz de His, b) la taquiarritmia ventricular conducida por preexcitación y c) la taquicardia mediada por marcapasos.
Evaluación del paciente. Cada paciente debe ser valorado con anamnesis y examen físico. El ECG de 12 derivaciones tiene siempre un papel central en el diagnóstico y categorización de la arritmia ventricular. El Holter de 24 horas es especialmente relevante para el estudio de arritmias de carácter incesante. Todo paciente con arritmias ventriculares debe ser estudiado también mediante ecocardiografía para valorar la existencia, y severidad si la hay, de cardiopatía estructural. Algunos casos con arritmias ventriculares severas precisan de estudio electrofisiológico y hemodinámico con coronariografías.
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