En primer lugar, el artículo defiende la necesidad de armonización de los sistemas laborales de los Estados miembros, como elemento central del proceso de unificación europea, señalando las líneas de reflexión y actuaciones que deben conducir al avance hacia la armonización.
En segundo lugar se exponen los valores, las orientaciones o metas del progreso social que se propone con el proceso de armonización, criterios que deben imponerse como condiciones sociales del crecimiento y del empleo, y servir al mismo tiempo para marcar las grandes áreas de actuación de las políticas comunes y como ejes del proceso de convergencia. Condiciones sociales que, señaladas por el Tratado de Roma y por los principales documentos en que se ha ido concretando el acervo social comunitario, han sido sintetizadas por la Presidencia española en siete grandes áreas.
Por último, se propone el contenido de la primera etapa de armonización, que debe consistir en la adopción de objetivos o políticas comunes relacionados con las siete grandes áreas, minimizando los cambios institucionales de los Estados miembros. Esta primera etapa debería iniciarse con la aprobación de una normativa básica europea que establezca un conjunto de derechos fundamentales con plena eficacia jurídica, y acerca de cuya necesidad existe un amplio consenso; al final de esta etapa debería disponerse de una propuesta de modificación del Tratado que establezca un procedimiento para hacer posibles futuros avances en la construcción de la Europa Social acorde con los desarrollos producidos en las restantes esferas de la unificación europea.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados