Frente a la Didáctica tradicional, en la que el profesor y los contenidos ocupaban un lugar preferente y el alumno era un elemento pasivo, hemos pasado a una Didáctica en la que el discente es el eje del proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, ante las preguntas ya caducas: ¿A quién se enseña?, ¿quién enseña?, ¿para qué se enseña?, ¿qué se enseña? y ¿cómo se enseña?, hoy nos preguntamos: ¿Quién aprende?, ¿con quién aprende el alumno?, ¿para qué aprende el alumno?, ¿qué aprende al alumno? y ¿cómo aprende el alumno?.
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