La historia de los nacionalismos ha sido más la historia de sus interlocutores que la de la ideología y los movimientos nacionalistas en sí mismos. Pero el nacionalismo es, por definición, un "movimiento histórico", y no sólo porque se manifieste en situaciones históricas específicas, sino también porque en muchos casos quienes lo defienden lo hacen con argumentos profundamente historicistas. En el presente artículo, su autor analiza el caso concreto de Cataluña y cómo se sentaron las bases que hicieron posible el proceso de recuperación de su cultura nacional a mediados del siglo XIX a través del movimiento, cultural e historicista, de la llamada Renaixença. Este movimiento se tradujo, por tanto, en una exaltación del pasado histórico, literario y artístico de la Cataluña medieval siguiendo un patrón típicamente romántico, lo cual propició el despertar de un sentimiento nacionalista prepolítico
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