El monstruo se cuenta entre nuestros modos de concebir o "imaginarse" el mundo, la vida... Al correr del tiempo, sus muchas figuras han dado lugar a un conjunto de imágenes recurrentes cuya presencia habitual y generalizada promueve estereotipos que hacen desaparecer casi por completo el carácter ambivalente de lo monstruoso. En el presente artículo se apunta la reintegración de éste en relación a las actuales promesas biotecnológicas, liquidadoras de toda ambivalencia. Para ello, en estas páginas atendemos tanto a la imaginería monstruosa como a la banalización de las biotecnologías, movilizando desde esta perspectiva a la propia Quimera -figura biotecnológica tan a menudo evocada aunque sin considerar sus rasgos constitutivos- para mostrar la biotecnologización en cierne.
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