C. Martínez Parreño, J.I. Blanes Mompó, Eduardo Ortiz Monzón, I. Crespo Moreno, Ángel Plaza Martínez, I. Martínez Perelló, J.L. Briones Estébanez, F.J. Gómez Palonés, José Miguel Zaragozá García, Antonio José Torres García, Salvador Martínez Meléndez
La rotura crónica contenida de un aneurisma de aorta abdominal infrarrenal es una forma de presentación poco frecuente. Más aún lo es el tratamiento de esta entidad de forma endovascular. Caso clínico. Varón de 70 años trasladado desde otro centro ospitalario, donde estaba ingresado por nefrolitiasis, por resentar dolor lumbar crónico exacerbado en las últimas 24 horas, con estabilidad hemodinámica. Se trataba de un paciente fumador, con nfermedad pulmonar obstructiva grave, enolismo importante y hepatopatía crónica. La tomografía computarizada (TC) toracoabdominopélvica mostró la presencia de un aneurisma de aorta abdominal infrarrenal con rotura contenida en el retroperitoneo.
Dada la estabilidad hemodinámica del paciente y sus patologías asociadas se valoró realizar una exclusión endovascular ya que las características anatómicas del aneurisma así lo permitían. 16 horas después del ingreso, el paciente fue intervenido y se le practicó dicha exclusión, sin incidencias peroperatorias. El paciente fue dado de alta el 5.º día stoperatorio, asintomático, con el procedimiento permeable y ausencia de endofugas en la TC de control. A los nueve meses de seguimiento, el paciente permanece sin cambios. Conclusiones. La rotura crónica contenida de un aneurisma de aorta abdominal supone un riesgo vital evidente, que obliga a un tratamiento urgente-preferente, con una mortalidad del 15 al 20%.
La posibilidad de que este tratamiento sea endovascular depende del estado de salud del paciente, de que el aneurisma tenga unas características anatómicas favorables y de la disponibilidad de un stock de endoprótesis, un quirófano radiológico y personal entrenado en la reparación endovascular electiva de aneurismas.
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