El tiempo es un bien de consumo de gran valor ya que, a diferencia de otros recursos materiales, éste no se puede comprar, ni adquirir ni, por supuesto, almacenar. El tiempo no significa lo mismo para todo el mundo, de tal modo que las decisiones sobre su uso varían en función de las expectativas, valores, gustos y preferencias personales. A pesar de todo, su consumo está fuertemente condicionado por la situación en la que cada uno se encuentre. En este trabajo se desarrolla una investigación empírica, con una muestra de 1.300 personas de Córdoba (España), que pretende analizar cómo influye la situación laboral en el uso del tiempo. Las conclusiones obtenidas cuantifican la distribución del tiempo diario entre los diferentes colectivos analizados: ocupados, desempleados y distintos tipos de inactivos: estudiantes, jubilados y personas dedicadas a las tareas del hogar.
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