En el presente artículo hemos tratado los ¿consecuentes¿ de la obra del fundador del psicoanálisis, que tienen que ver con la degradación progresiva de las ideas contenidas en sus textos y que fue patrocinada no sólo por aquellos que se hallaban fuera de este movimiento, sino también por los que formaban parte de sus instituciones oficiales.
Esas líneas disidentes planteaban la cura analítica como una enseñanza al paciente, que prendía adaptarlo a la realidad social, tomando siempre como modelo al propio analista y procurando una identificación con él. Hubo que esperar a que Jacques Lacan sacara al psicoanálisis del callejón sin salida en el que se encontraba, para ¿volver a Freud¿ y así recuperar el sentido revolucionario que se hallaba contenido en sus escritos.
En esta complicada labor, mal vista por muchos de sus colegas, escogió como camino el que le marcaba la lingüística estructural, que le aportó un auténtico método de lectura y le ayudó a sentar los principios psicoanalíticos en afirmaciones más modernas: las propias de la ciencia del siglo XX.
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