El teatro y la dramatización vienen siendo desde hace mucho tiempo una herramienta educativa para trabajar con los alumnos en las escuelas ordinarias. Con esta práctica se pueden abordar aspectos del desarrollo de la persona desde muchos puntos de vista trabajando desde una concepción interdisciplinar. A través de este artículo hemos pretendido reflejar y examinar algunas experiencias de estas disciplinas con personas con retraso mental; así como justificar el porqué de dichas actividades y el beneficio que aporta para la persona, sobre todo en el caso de las personas con necesidades educativas especiales
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