En este artículo se analiza el nivel educativo de la población catalana tanto en términos de nivel de estudios como en función de la especialización de los estudios. También se estudia el grado de escolarización por edades de la población catalana como vía de previsión de los futuros cambios en las decisiones de inversión en capital humano. Los datos muestran un importante desequilibrio que muestra una estructura dual, es decir, un elevado número de estudiantes en los dos extremos del nivel educativo: en el nivel educativo inferior (enseñanza obligatoria) y en estudios superiores (terciario). Desafortunadamente, los datos sobre escolarización en las cohortes de catalanes más jóvenes también presentan esta situación dual. Las políticas educativas deberían focalizarse en dos puntos: retener a los estudiantes en el sistema educativo después de la enseñanza obligatoria y intensificar los esfuerzos en formación de la población adulta.
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