El objeto del presente artículo es ayudar a los profesores de idiomas a cambiar su actitud hacia los errores cometidos por sus alumnos y considerarlos de forma positiva, más que como síntoma de fracaso por parte del profesor o del alumno.
La mayoría de los profesores consideran los errores como indeseables, un síntoma de fracaso por parte de la atención del alumno o por parte del profesor debido a su capacidad para explicar con claridad o a la suficiencia del tiempo que da a los alumnos para que practiquen. Todo el mundo estará de acuerdo en que uno de los factores que más inhiben cualquier proceso de aprendizaje es el miedo a cometer errores.
Hay un proverbio que dice que aprendemos a través de nuestros errores. Los alumnos que estudian inglés como lengua extranjera de nivel pre-intermedio e intermedio cometen muchos errores. La mayoría de los aprendices de una lengua sólo adquieren un conocimiento activo de la misma si tienen la oportunidad de estar expuestos a una gran cantidad de lenguaje y cometen numerosos errores mientras se expresan. Por lo tanto una buena razón pedagógica para considerar los errores cometidos por los aprendices de una lengua extranjera como positivos es que el error en sí mismo de hecho puede ser una parte útil y necesaria en el proceso de aprendizaje.
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