Los procesos de globalización tienen un gran potencial, pero sus efectos beneficiosos no alcanzan a todas la personas.Dado que la deslocalización que impulsa la reducción de costes no beneficia necesariamente a los países receptores, entra en juego el concepto de arquitectura financiera compensada, que trata de evitar las negativas consecuencias derivadas de la independencia real de los mercados.
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