En la actualidad, las fístulas traqueoesofágicas adquiridas, de etiología benigna, son principalmente lesiones iatrogénicas, producidas por una intubación traqueal prolongada. Su formación en pacientes intubados es infrecuente, pero suele comportar consecuencias devastadoras, y su solución terapéutica es de gran complejidad. Presentamos el caso de un paciente con una amplia fístula traqueoesofágica postintubación traqueal, que se trató quirúrgicamente mediante exclusión esofágica (esofagostomía cervical y sutura-grapado de esófago distal) y cierre del defecto traqueal, utilizando la pared posterior del esófago.
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