Concepció Poch i Avellán, María Antonia Plaxats García
La civilización occidental ignora la muerte, y también oculta el sufrimiento y el fracaso. Pero en la medida en que consideramos seriamente la muerte, las personas nos sentimos llamadas a asumir responsablemente la vida. Si educamos para la vida, ¿por qué ocultamos a los niños todo lo que hace referncia al hecho de sufrir, perder y morir? Hay que confiar en el potencial saludable del ser humano: si desde el primer momento el niño está acompañado por adultos responsables, de espíritu abierto, flexible y firme a la vez, podrá dar lo mejor de sí mismo.
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