La economía española volvió a demostrar en 2004 su capacidad para seguir creciendo más que la de nuestros socios de la zona euro. La recuperación de la inversión en bienes de equipo demuestra, además, la confianza de los empresarios respecto al futuro. A pesar de estos buenos datos, el Gobierno es consciente de que no puede caer en la complacencia y que todavía quedan muchas cosas por hacer. Por eso, ha aprobado un ambicioso programa de reformas económicas, que engloba a los principales sectores de la economía y que guiará las actuaciones del Ejecutivo hasta 2008. El objetivo de estas reformas es incrementar la productividad, una meta imprescindible para garantizar la sostenibilidad del crecimiento económico y a la creación de empleo de calidad.
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