La cal, uno de los primeros conglomerantes descubiertos por el hombre, se han encontrado vestigios de su empleo en yacimientos con más de 10.000 años de antigüedad, y que, hasta los principios del siglo XX constituirá el principal conglomerante utilizado en la construcción, ha tenido un desarrollo importante tanto en su proceso de fabricación, pasando de un sistema artesanal a un sistema industrial moderno con la automatización correspondiente, como en su calidad y control de la misma junto con la aplicación de los Sistemas de Aseguramiento de la Calidad correspondientes.
Todo ello ha ido acompañado de un mayor conocimiento de los parámetros físicos y químicos que inciden en las características de la cal y en el desarrollo de las Normas a nivel ISO, CEN y UNE que señalan las definiciones de los tipos de cales, especificaciones, ensayos y criterios de conformidad que deben aplicarse según la utilización de la cal.
En este sentido, puede decirse que la cal es uno de los productos más versátiles por su empleo en distintos sectores, así no solo se usa en la construcción, sino también en la siderurgia, que es su mayor utilizador, metalurgia no férrea, industrias químicas, fabricación de azúcar, papel, fertilizantes, biocidos, nutrición, vidrio, protección ambiental tanto atmosférica como depuración de aguas, etc¿ Finalmente, la obligación de disponer a partir del pasado 1º de Agosto de 2003 del Marcado CE para la comercialización y uso de las cales destinadas a la construcción que indica su conformidad con las normas UNE-EN armonizadas correspondientes añade una garantía más de calidad para las citadas cales.
En la presente exposición se presenta el ¿estado del arte¿ sobre todo lo anterior, junto con la significación práctica de los distintos ensayos, para la evaluación de la calidad de una cal para la construcción.
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