Los datos antropométricos que se utilizan en la práctica comñun de la ergonomía no siempre tienen la fiabilidad que se les supone. Una parte de esta poca fiabilidad se debe a las condiciones físicas del objeto a medir (el hombre) y a la dificultad de medir un gran núemro de personas, pero otra parte es consecuencia de las condiciones psicológicas del sujeto observado. Este trabajo pretende llamar la atención sobre las indeterminaciones debidas al estado emocional del protagonista de una observación: la persona observada.
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