Un invernadero es un sistema cerrado dentro del cual pueden manipularse distintas variables que afectan al crecimiento y desarrollo del cultivo de forma que se maximicen los beneficios del agricultor. Una vez que las ciencias hortícolas definen las condiciones óptimas de estas variables, tanto medioambientales como de fertirrigación, la ingeniería de control debe diseñar e implementar sistemas de control automático que sean capaces de conseguir que el rendimiento productivo del cultivo sea máximo. En este artículo se va a describir la arquitectura ideal y los distintos elementos que componen los sistemas de control climático, así como su funcionamiento y distintos algoritmos que lo rigen.
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