En este artículo se exponen los resultados de una investigación cualitativa cuya finalidad era estudiar las consecuencias que el hecho de trabajar los fines de semana tiene sobre la calidad de vida de los trabajadores. El trabajo de fin de semana, a diferencia del trabajo nocturno y del trabajo por tumos, ha recibido hasta ahora muy poca atención tanto por parte de la sociología del trabajo, como por parte de los agentes políticos y sociales. El trabajo de fin de semana implica una fuerte inversión de los tiempos de trabajo y de ocio. Cuando el trabajador de fin de semana trabaja, el resto de las personas están disfrutando de su tiempo de ocio. A la inversa, cuando el trabajador dispone de tiempo libre, las demás personas están trabajando. Esta inversión o asincronía de su tiempo social explica la mayor parte de las consecuencias negativas que comporta el trabajo de fin de semana. El trabajo de fin de semana pone de manifiesto la paradoja laboral de la sociedad del ocio. En esta sociedad es imposible que todos disfrutemos simultáneamente del tiempo de ocio. La sociedad del ocio es un mito que encubre una profunda desigualdad social característica de las sociedades posmodernas.
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