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Resumen de Toxicidad fetal de los fármacos antihipertensivos

Rafael Marín Iranzo, Jaime Alvarez Grande, J.M. Baltar Martín

  • Los estudios realizados con fármacos antihipertensivos en el embarazo y en la lactancia son, en general, de escasa magnitud, de pobre calidad metodológica y limitado seguimiento, por lo que los resultados obtenidos sólo proporcionan la evidencia derivada de la opinión de los expertos consultados. Los riesgos maternofetales de la hipertensión arterial en el embarazo dependen de la gravedad de la hipertensión arterial, de la proteinuria, de la presencia de nefropatía y de las complicaciones derivadas del retardo del crecimiento intrauterino. En el embarazo la decisión de establecer tratamiento antihipertensivo depende de la gravedad de la hipertensión arterial y de la presencia de daño orgánico. Todos los fármacos usados para el tratamiento de la hipertensión arterial en el embarazo atraviesan la placenta, por lo que pueden afectar al feto bien indirectamente disminuyendo el flujo útero-placentario o bien directamente a través de la circulación umbilical. Los fármacos antihipertensivos disminuyen la presión arterial de la madre, pero no mejoran los resultados fetales, siendo el único remedio finalizar la gestación; sin embargo, el parto, siempre adecuado para la madre no lo es tanto para el feto. Los fármacos de primera elección en el embarazo son: metildopa, labetalol y nifedipino. La lactancia materna es la forma más natural y efectiva de satisfacer las necesidades del niño, por tanto debe estimularse su utilización, al menos durante el primer y segundo mes. En la lactancia como en el embarazo la decisión de establecer tratamiento antihipertensivo depende de la gravedad de la hipertensión arterial y de la presencia de daño orgánico. Los betabloqueantes, incluido el labetalol, son los fármacos de primera elección en la lactancia.


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