Francisco Javier González Fernández
El competitivo mundo actual del mantenimiento se encuentra "bombardeado" por muy diversas técnicas, en apariencia novedosas y que, en unos casos desde un enfoque puramente organizativo (RCM, TPM, etc.) y en otros desde un enfoque más tecnológico (AMFE, Técnicas predictivas, etc.), se presenta como líneas de trabajo en las que sustentar procesos reorganizativos de nuestros Departamentos de Mantenimiento tendentes a disminuir los costes y a aumentar la fiabilidad y la disponibilidad.
Para abordar de forma rigurosa y científica un proceso reorganizador en cualquier Departamento de Mantenimiento, hay que partir de una adecuada elección de indicadores que nos muestren, de forma simple y evidente, de qué situación partimos y el grado de consecución de los objetivos que nos hemos marcado. La fiabilidad, la disponibilidad y el coste son los indicadores básicos y mínimos a considerar. Otros también serán necesarios quizás como los relativos a percepción de nuestra actividad, calidad y medioambiente.
Las nuevas técnicas de mantenimiento deben desembocar en una reducción de los costes de preventivo y de correctivo. La observancia conjunta de ambos parámetros es necesaria y los sistemas de gestión de costes avanzados deben aportados su desglose por actividades y productos, para poder analizar de forma rápida cómo varían los costes de una actividad cuando aumentamos o disminuimos otras. El Compromiso del nivel de mantenimiento asociado a sus costes y resultado debe ser analizado y decidido por la Dirección.
Es un error plantearse la reorganización de un Departamento con base en una determinada técnica exclusiva y se debe huir de los Consultores y Empresas que preconizan una única técnica como solución a nuestro problema. Sea muy cauto a la hora de llevar a cabo esta selección.
Cuando su Departamento se encuentra en una situación asintótica o de "estancamiento" de ratios o indicadores, debe ser consciente que precisa un cambio drástico de la filosofía de su mantenimiento. La Reingeniería se presenta como una posible solución, pero hay que ser consciente que, a medida que nos encontremos más arriba en la pirámide evolutiva de las Organizaciones de Mantenimiento, más complejo es el cambio y el salto de nivel.
Los procesos de Reorganización en estos Departamentos deben ser estudiados con atención, y siempre partir de un profundo estudio de la situación actual para que, tras elegir un prototipo o ensayo adecuado, probemos el cambio ¿siempre con el debido respaldo y apoyo de la Dirección- en una muestra pequeña y controlada de nuestro Departamento, con activa participación de sus integrantes. La extensión a otras Secciones o a la totalidad del Departamento exigirá siempre una autocrítica y corrección que serán tanto más exitosas cuanto más tengan en cuenta las observaciones y propuestas de los propios implicados.
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