Tanto en la literatura académica como en los debates políticos se discute desde hace tiempo la capacidad de la política salarial, por un lado, y de la política de demanda, por el otro, para reducir el desempleo. La controversia hace referencia a la influencia de los salarios en el nivel de la demanda agregada (argumento del poder de compra), así como al problema de establecer una norma que sirva de orientación para los agentes sociales en la negociación de los convenios colectivos. En este trabajo se demuestra mediante un sencillo modelo macroeconómico ¿estimado econométricamente para la economía española¿ que la demanda agregada nominal ofrece una mejor orientación para la fijación de los salarios que el criterio generalmente aplicado del crecimiento de la productividad del trabajo.
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