La Universidad de Salamanca está en el siglo XVI, en permanente estado de cambio. Desde principios del siglo, con los Reyes Católicos, hasta finales, bajo Felipe II, ese espíritu de renovación se hará patente de un modo continuo. Del interés de Isabel, reflejado en su visita de 1487, no vamos aquí a tratar; pero sí hemos de recordar que Fernando el Católico envió en 1512 al Obispo de Cuenca, Ramírez de Villaescusa, para tantear una reforma. En 1529, bajo el rectorado de Pérez de Oliva, asistimos a un proceso similar, cuya profundidad aun está discutiéndose. En 1538, en pleno reinado de Carlos V, se establecerán los famosos Estatutos que estarán vigentes durante más de veinte años. En 1550, el Consejo Real envía al Obispo de Coria, Diego Enríquez de Almansa, con el mismo intento reformador, como en el presente trabajo podremos comprobar.
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