Este artículo estudia los diferentes papeles que pueden y deben desempeñar los profesores de lenguas extranjeras tanto dentro como fuera del aula para llegar a la conclusión de que éstos últimos no se deben limitar a transmitir conocimientos sino, ante todo, a facilitar el desarrollo de la nueva lengua. Esto se puede conseguir mediante la instrucción en el aprendizaje experimental, la creación de un clima y un espacio de aprendizaje adecuado, la organización del aprendizaje propiamente dicho y la provisión de aducto lingüístico útil. Junto a estas cuatro tareas principales, los profesores de lenguas extranjeras deben gozar de una serie de características personales que contribuyan a mantener aquellas condiciones que optimicen el desarrollo de la lengua meta.
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