Rousseau se dedicó a la botánica desde su estancia en Mótiers en 1762 hasta su muerte en el mes de julio de 1778. Este trabajo no pretende revisar el itinerario biográfico que condujo al filósofo ginebrino a la botánica, y tampoco tiene por objeto exponer las distintas razones que lo mantuvieron alejado del estudio de esta ciencia durante algo más de cincuenta años. Al contrario, su propósito es menos biográfico y más filosófico, ya que se trata de entender la afición botánica de Rousseau a la luz de las preocupaciones ambientales contemporáneas. Creo que tanto su tarea herborizadora como sus escritos botánicos exceden los dominios propiamente científicos y se convierten en expresión de una moral ecológica en la que subyacen motivaciones estéticas y gnoseo lógicas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados