Un nuevo museo de Roma, inaugurado con motivo del Jubileo del año 2000 sorprende por su originalidad y buen gusto. Situado en una central eléctrica en desuso, la primera de estas características en la ciudad eterna es, para el visitante, una verdadera y agradable sorpresa que contrasta con la mayoría de los demás museos arqueológicos romanos. Aquéllos son magníficos, pero de una concepción y estilos más arcaico o, pudiéramos decir, menos modernos. Nada hay que objetar y mucho menos criticar de edificios, colecciones y forma de presentación de museos como el palacio Altemps, la cripta Balbi o los otros museos capitolinos, por poner sólo un ejemplo de los numerosos que se pueden ver en la ciudad eterna, uno de los mayores patrimonios museísticos del mundo.
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