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El deporte también puede inspirar música (III): de Claude Debussy (siglo XX) a la música electrónica (siglo XXI)

  • Autores: Ramon Balius i Juli
  • Localización: Apunts: Educación física y deportes, ISSN-e 2014-0983, ISSN 1577-4015, Nº 77, 2004, págs. 90-96
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Un personaje importante y fundamental para la música francesa y europea de principios del siglo XX, fue Serge Diaghilev (1872- 1929). En 1909 llevó a París el ballet de los Teatros Imperiales de Petersburgo, comenzando así la primera temporada de los Ballets Rusos, que se continuaron en Francia hasta 1929. Eran una inteligente fusión entre la cultura estética francesa y los mitos, los ritmos y las leyendas de la Vieja Rusia, a través de una realizaciones perfectamente cuidadas en todos sus detalles. Diaghilev, que era un extraordinario organizador, renovó totalmente el mundo del ballet, modernizándolo, y supo atraer músicos reconocidos como Igor Stravinsky, Maurice Ravel, Paul Dukas, Erik Satie y Claude Debussy; literatos como Jean Cocteau y pintores como Pablo Picasso, André Derain y Marie Laurencin. El año 1912 encargó a Claude Debussy (1862-1918) la partitura del ballet Jeux ¿ poema danzado, sobre un argumento del bailarín Vaslav Nijinsky. Debussy, que era un excepcional armonizador, un excelente pianista y un orquestador singular, era también un artesano de la creación musical, en el más amplio sentido del concepto. Sus composiciones estaban en las antípodas del post-romanticismo y del wagnerismo, y tuvieron una influencia decisiva sobre la música occidental, tanto clásica como popular, e incluso sobre el jazz.

      Jeux se representó por primera vez el 15 de mayo de 1913, en el Théâtre des Champs-Elysées. La reacción del público fue tibia, indiferente: algunos aplausos, algunos silbidos. Se explica esta actitud porque era un ballet moderno, que se presentaba casi sin escenografía (un telón de fondo que representaba un jardín), sin vestuario especial (ropa de jugar al tenis) y sin argumento. Se decía que Nijinsky había estilizado el deporte, transformando el gesto del jugador de tenis en una ¿pintura al fresco¿ y que con este precedente, cualquiera podría hacer lo mismo con los gestos corrientes de la vida diaria. Debussy no aprobaba la coreografía de Nijinsky y éste se tomó la libertad de aparecer en escena ¿bailando de puntas¿, técnica clásica de danza reservada a la mujer, en contra del parecer de Diaghilev, su empresario y amante...


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