Madrid, España
El presente artículo analiza el examen Saber 11 en Colombia como un mecanismo que perpetúa la desigualdad socioeconómica en el acceso a la educación superior. Este examen, cuyo origen data de 1980 es aplicado por el ICFES y semestralmente a nivel nacional a los estudiantes de último grado de secundaria. Sin embargo, su aparente objetividad, basada en un formato de preguntas cerradas y estandarizadas, oculta las profundas desigualdades estructurales que afectan la formación de los estudiantes, reforzando así una falacia meritocrática que favorece a quienes provienen de colegios privados y familias con mayor capital económico y cultural.Se examina el impacto del enfoque competencial en la educación colombiana, evidenciando cómo este mandato ha ampliado las brechas entre instituciones públicas y privadas al estandarizar saberes y formas de evaluación que no consideran las condiciones contextuales. Además, se argumenta que el Saber 11 opera como un dispositivo de colonialismo del conocimiento al imponer un currículo alineado con estándares globales, marginando los saberes locales y reproduciendo jerarquías epistemológicas. Se concluye que este modelo evaluativo no solo reproduce desigualdades preexistentes, sino que también legitima un sistema educativo excluyente. Finalmente, se plantea la necesidad de una reforma en la evaluación y el currículo que reconozca la diversidad cultural y socioeconómica del país para avanzar hacia una educación más equitativa e inclusiva.
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