En este ensayo argumento que el presidencialismo brasileño se ha visto afectado por la combinación de cuatro características institucionales. Primero, los presidentes han tenido poderes constitucionales avasalladores, en especial con la Constitución de 1988. Esta Constitución otorga a los presidentes poderes proactivos excepcionalmente fuertes y algunos poderes reactivos significativos; la Constitución de 1946 confería fuertes poderes reactivos. Segundo, el sistema de partidos, con alta fragmentación también ha afectado al presidencialismo brasileño. Con un sistema de partidos altamente fragmentado, los presidentes se encuentran de continuo en la situación de un gobierno de coalición informal, o bien (de manera excepcional) en una situación de presidencialismo minoritario. Debido a que sus partidos controlan una minoría, los presidentes necesitan construir coaliciones transpartidistas a fin de poner en marcha la mayor parte de sus políticas. Tercero, los partidos dispuestos a captar a los votantes más diversos,Ïcomparativamente indisciplinados, dificultan al presidente confiar en los canales de soporte partidistas. Cuando los presidentes son populares, los políticos de todos los bandos y colores los apuntalan; pero cuando pierden su respaldo, suelen tener dificultades para sumar apoyos a sus proyectos. Las deserciones en épocas difciles ponen trabas a los presidentes para que pongan en marcha las principales reformas. Finalmente, el federalismo también ha dado forma al funcionamiento del presidencialismo brasileño. En Brasil, el federalismo robusto tiñe profundamente la lógica de los políticos y de los partidos; esto refuerza lo que, a su vez, ha sido creado por un sistema de partidos altamente fragmentado: la dispersión de poder.
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