Madrid, España
El presente trabajo analiza el proceso inquisitorial seguido contra el vicario Juan Melis Pons, acusado de solicitación en confesión en la villa de Inca (Mallorca) entre 1754 y 1755. A partir de la transcripción y estudio historiográfico de la alegación fiscal, se examina la forma en que el Santo Oficio gestionó las denuncias de dos mujeres, Magdalena Roa Domas y Catalina Llonsera de Llano,quienes relataron los abusos cometidos por el confesor en el marco del sacramento de la penitencia. Desde una perspectiva de historia de género, este caso permite abordar las relaciones de poder, sexualidad y control moral ejercidas por la Inquisición en su etapa final. Las declaraciones femeninas, lejos de ser simples instrumentos procesales, revelan una agencia sutil pero significativa: mujeres que, en un contexto de fuerte subordinación religiosa y patriarcal, se atrevieron a nombrar el abuso y denunciar la transgresión del poder espiritual masculino. El análisis del expediente muestra cómo el tribunal inquisitorial actuó más como instancia disciplinaria que punitiva, privilegiando la preservación del orden clerical sobre la reparación de las víctimas. Sin embargo, las palabras de las testigos, recogidas y archivadas por el Santo Oficio, se transforman hoy en testimonios de resistencia y memoria, que permiten reconstruir la experiencia femenina frente al control eclesiástico del cuerpo y la conciencia. En este sentido, el estudio del caso de Juan Melis Pons ilumina los mecanismos de silenciamiento y, a la vez, de visibilidad involuntaria que la práctica inquisitorial generó en torno a las mujeres, abriendo una vía de reflexión sobre la sexualidad, el poder y la voz femenina en la cultura católica del sigloXVIII.
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