Las instalaciones y edificios portuarios a menudo obedecen funcional y técnicamente a circunstanciastan concretas que quedan expuestos a posibles cambios o derribos forzados por la obsolescencia o lapresión urbanística. Admitirlo no alivia del pesar que sobreviene cuando las obras asoladas tenían tal calidadarquitectónica que podrían haber enriquecido el patrimonio edificado moderno, mejorando la imagende la aglomeración portuaria de grúas, contenedores estandarizados y naves ordinarias. Es el caso de laestación marítima de Santurce, cuyo proyecto y ejecución supervisó Ignacio Alvarez Castelao (1910-1984)entre 1963 y 1967, por encargo de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao, que dispuso técnicos para desarrollarsus instrucciones.Por suerte, este disciplinado arquitecto conservó documentos del proyecto y la construcción que,consultados y apoyados en un amplio conocimiento de su trayectoria profesional, sustentan este análisismorfológico y contextual de esa obra, cuya recreación ha sido como invocar a un exquisito espectro.Castelao, resolutivo, propuso enseguida el programa funcional, en una planta casi diagramática delos recorridos de pasajeros y equipajes, ajustada a una retícula estructural, con poca variedad de materialesy una sección repetitiva que resolvía la luz cenital, manteniendo estos recursos sobre los cambios deprograma y distribución requeridos por el cliente.
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