La concha en un mar de olas: El auditorio y el paseo marítimo de Alicante, 1954-1960

• Autores: Andrés Martínez Medina, Justo Oliva Meyer
• Localización: La modernidad marítima: arquitecturas e infraestructuras del paisaje litoral, 1925-1975 : Actas XIII Congreso Docomomo Ibérico ,A Coruña, 22-26 de octubre de 2025 / coord. por Fundación Docomomo ibérico, 2025, ISBN 978-84-09-77104-2, págs. 418-427
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • The shell in a sea of waves: The auditorium and promenade in Alicante, 1954–1960
• Enlaces
  • Texto Completo Libro
• Resumen

  • Esta es la historia de un pavimento que viaja en el tiempo y en la geografía, desde el Atlántico hasta elMediterráneo. El primer pavimento de ondas bicolor, blanco y negro, empleado en un espacio público tuvolugar en 1848 en la praça del Rossio de Lisboa. En 1906 se usó de nuevo en la avenida Atlántica de Río deJaneiro. Aquí el mosaico no cubría una plaza sino un paseo marítimo de 2 km concebido como un Mar Largo,donde las olas se orientaban en perpendicular al océano. Este mismo diseño se implantaría en Alicanteentre 1957 y 1959 generando una imagen urbana potente importada de novedad y modernidad, que seconvertiría en la postal de Alicante como ciudad cosmopolita abierta al mundo. Sin embargo, el detonantede esta intervención urbana fue la necesidad de sustituir el viejo templete de música que amenizaba elpaseo marítimo de Alicante. El nuevo “Kiosko de Música”, así denominado por el arquitecto Miguel LópezGonzález, proyectado y construido entre 1954 y 1956, era una estructura “atrevida” de hormigón armadocompuesta por una plataforma oval cubierta por una lámina de hormigón aligerado sostenida a más de8 m de altura por tres vigas curvas con un vuelo de otros tantos metros. Su forma de molusco bivalvo levalió el sobrenombre de La Concha e incorporó al imaginario de la ciudad, con sus formas curvas y siluetasensual, un artefacto ingenioso y funcional como contrapunto al bulevar de palmeras.La inauguración del Kiosco incitó el “Proyecto de Pavimento de la Explanada de España” elaborado porel mismo arquitecto (junto a Alfonso Fajardo), cuyas obras se rematarían en 1960 con una fuente luminosacomo final de perspectiva de la promenade erigida sobre el viejo malecón frente al puerto. La promoción deesta obra sobre el paseo marítimo fue auspiciada por el alcalde Agatángelo Soler y Francisco Muñoz, tenientede alcalde y arquitecto, quienes viajaron a Lisboa donde parece que encontraron la piedra angular para desarrollarsu idea de renovación de la fachada marítima, quizás instigados por Miguel López que también viajó aPortugal para aprender el sistema del empedrado portugués que conformaría la alfombra de olas marinas demármoles que proyectó para la Explanada. Según la memoria, para la plataforma peatonal se eligió un “mosaicode mármol en la forma conocida por romana” que recuerda “el movimiento de las aguas del mar”. Eran ondasde mármoles rojo Alicante, crema Marfil y negro Calatorao conformadas por teselas de 4x4 cm que parecíanmecer la Concha. El diseño ondulante del pavimento, que sigue el patrón lisboeta, no presenta ni las mismasdimensiones, ni los mismos colores, ni las mismas texturas. Las singulares geometrías sinusoidales y curvasde ambas obras, la Concha y el Mar de olas, evidencian la admiración de Miguel López por la arquitecturabrasileña del momento y constituyen las primeras piezas de la arquitectura orgánica en la ciudad. De hecho,el pavimento de la Explanada de España y la propia Concha han sido restaurados a origen.