Fernando Higueras conoció Lanzarote a principios de los años 1960 de la mano de César Manrique, el artistaque hizo de la protección del paisaje y la cultura popular de la isla una vocación vital. La falta de agua potabley la construcción tardía del aeropuerto habían demorado el desarrollo urbanístico de la isla, favoreciendo laconservación de su paisaje lunar. El ambicioso Plan de Palya Blanca propuesto por Fernando Higueras y AntonioMiró incluía 1.500 apartamentos, 800 bungalows, 200 viviendas subvencionadas y un hotel, entre otros, y seadaptaba a la particular orografía compuesta de una serie de conos volcánicos abiertos al mar. Para integrar estegran volumen edificatorio en la línea de costa se recurrió a imitar la geometría circular de los cultivos de vid enla Geria y ensayar soluciones escalonadas de vivienda que transformaban las fachadas de los edificios en unatopografía artificial cubierta por la vegetación que colgaba de las jardineras situadas a lo largo del borde de lasterrazas. La edificación se integraba así en el paisaje costero reduciendo el impacto visual de lo construido. Lassoluciones ensayadas en esta propuesta no construida fueron luego materializadas en otros enclaves como enlos Apartamentos Las Terrazas, en Punta de la Mona, Granada (1964-1965) o el Hotel Las Salinas, Costa Teguise,Lanzarote (1973-1977). Esta artículo se propone explorar los modelos propuestos en Playa Blanca y las dosseries a las que éstos dieron lugar integrar las construcciones turísticas en el paisaje de la costa.
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