Resumen de Modernidad española made in usa.: El consumo de la costa en las tarjetas postales
Parece que la diferencia ha caracterizado a lo español desde que los viajeros románticos ya documentabansus hazañas en una España estereotipada en lo rural, el atraso y lo exótico. Una diferencia que se fuemoldeando, exagerando y complementando para hacerse aún más deseable al extranjero.España carecía de un proyecto intencionado de imagen para ofrecer al mundo y, aún más, de unproyecto de actualización de la imagen que el mundo recibía hasta entonces.Llegados los años sesenta del siglo XX, la contribución del Turismo en la inserción de España en laórbita de los países capitalistas y democráticos del mundo occidental parecía esencial. El Régimen usaríael Turismo como agente modernizador del país y éste sería una de las principales tarjetas de presentaciónpor parte de las autoridades políticas en su discurso de apertura, modernidad y desarrollo. A pesar de ello,seguía proyectándose y explotándose el arcaísmo, lo exótico y lo autóctono, simplificando el modelo culturaly los viejos estereotipos de lo español, produciéndose un contraste paradójico entre lo moderno y arcaico,con una doble proyección de la imagen de España. En esa imagen dual consiste lo diferente español a partirde los años sesenta y que se ejemplificará en las propagandas turísticas, eslogans y, por supuesto, en lastarjetas postales, tal y como mostraré.Decir “Americanización”1 es casi decir “modernización” y es casi pensar auto-máticamente en el progreso.Y uno piensa de inmediato también en el periodo que empieza a partir del fin de la Segunda GuerraMundial, con el esplendor norteamericano liderando el éxito mundial. España, sobre todo a partir de sudeseo insaciable de modernización en la etapa desarrollista, se apuntará a un proceso masivo y veloz detransformación sin precedentes y, en principio, sin retorno, de americanización, eso sí, a la española. “Elmilagro español” que, a menudo se asoció con el milagro turístico, sometió el paisaje a su consumo voraz,provocando su desaparición: el paisaje turístico surge y señala justamente aquel paisaje que ya no está,substituyéndolo, banalizándolo y construyéndose, a la vez, sobre su nostalgia.El término “banal” tiene que ver con el nuevo campo semántico de la modernidad y el capitalismo. Eslo extremadamente común y sin originalidad. España se ha caracterizado siempre por la tardía recepciónde corrientes externas además de por la sublimación de todo lo que llega de fuera. En su adoración a loamericano y su a veces torpe copia, se hunde en los aspectos más ajenos a su raíz y entra en un procesode banalización in crescendo como resultado.
