Se propone una teoría según la cual es posible defender una política de reconocimiento que proteja la integridad del individuo en los contextos de la vida en los cuales se forma su identidad. Es decir, para garantizar todos los derechos fundamentales de las personas, los estados han de garantizar también la supervivencia y el progreso de aquella nación o cultura que ha otorgado y otorga identidad a los individuos. Individuo, estado y nación no tienen por qué ser incompatibles.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados