La obra del pintor Luis Quintanilla, especialmente los frescos en los que el artista narra los horrores de la Guerra Civil, es el corazón de este artículo, en el que la autora analiza dicha obra y plantea la necesidad de educar para la paz en los centros educativos. Profesora de Arte con una larga trayectoria y firme defensora de los derechos humanos y de la memoria histórica, subraya la importancia del arte como instrumento educativo contra la violencia, y cuenta sus experiencias didácticas llevadas a cabo en el instituto, apoyándose en la obra del artista cántabro.
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