Argentina
El primer libro de la poeta tucumana Inés Aráoz (1945) plantea una clave fundamental a la hora de pensar el ejercicio de la escritura poética en tanto campo dedesocultamiento del Ser, y de la poesía como lugar de lo abierto. La ecuación y lagracia (1971) se construye como una fórmula de escritura que salva el abismoentre los mundos racional y divino o, si se prefiere, entre el universo de lo humanoy el de la animalidad. En este sentido, la sujeto imaginario de estos poemas accedea develar o a desocultar lo que resulta inaccesible para el mundo animal e incomprensible o inaprensible para el humano a través de una constante mutación desu figura en los objetos evocados. Esta mutación produce un desplazamiento dela voz del sujeto imaginario al modo de una prosopopeya de la lengua que otorgala capacidad de habla a objetos o vivientes que por naturaleza carecen de ella.En el poema Los mutantes atendemos a un proceso de transformación del cuerpoy de la voz del sujeto imaginario. El acento está puesto sobre las posibilidades queabre esta alternancia: el mutado puede percibir-decir a partir de su nuevo estatuto. La mutación del cuerpo y de la voz producen, además, un cambio en la mirada imaginaria en tanto capacidad perceptora del mundo circundante. Junto conla transformación de la sujeto imaginario sucede una trasmutación del espacio.En La ecuación y la gracia, la sujeto imaginario de los poemas se constituye comoel punto de unión de los sintagmas nominales, cuya capacidad de mutar en unoy otro pretende develar el misterio de lo abierto.
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