La toma de decisiones en la iniciativa privada y en las instituciones públicas por lo general depende de que bien realizado se encuentren los presupuestos al inicio del ejercicio fiscal, estos deberán estar apegados a las normas de información financiera y a las normas de contabilidad gubernamental. Al final del ejercicio fiscal el presupuesto inicial deberá de estar concluido con las mínimas modificaciones, ya que, mientras más modificaciones tenga este, se deduce que no se ejecutó correctamente o que desde su elaboración y aprobación no se observaron lineamientos o normatividad para su ejecución. Ahora bien, al realizar una auditoría de un ejercicio fiscal, se obtienen resultados del ejercicio de esos gastos, con estos resultados de auditoría se toman decisiones que impactan al desarrollo tanto de entes púbicos como de privados. Conjuntamente, se pueden corregir y redireccionar algunos procedimientos con el fin de mejorar siempre el trabajo ordinario de cada entidad. Invariablemente se deberá aplicar a cabalidad la normatividad, desde el inicio del ejercicio fiscal, llevar a cabo el trabajo presupuestal de manera ordenada, disciplinada, y con ética profesional hasta el final del ejercicio fiscal, entonces este, será fundamental para la toma de decisiones por el bien de las instituciones, para su crecimiento y desarrollo.
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