Existen diversos desafíos para los sistemas agroalimentarios (por ejemplo, crecimiento demográfico, urbanización, hambrunas, obesidad, desperdicio de alimentos, cambio climático, etc.). La construcción de futuros y la transición hacia ellos implican la revisión de las agendas agrícola-alimentarias y de desarrollo sustentable a partir de una pregunta importante: ¿Qué se debe hacer para reducir la inseguridad alimentaria? La inseguridad alimentaria es una construcción multidimensional e incluye componentes como la disponibilidad, el acceso físico, el acceso económico (asequibilidad), el consumo y el uso de los alimentos. En América Latina, por ejemplo, el nexo entre alimentos, energía y agua se ha evaluado a través de indicadores que miden su disponibilidad, accesibilidad y sustentabilidad, lo que permite realizar proyecciones de demanda, producción y consumo de recursos para escenarios futuros. Existe un impedimento significativo (marcos conceptuales y metodológicos) en cada país latinoamericano para adecuar el enfoque del nexo agricultura-alimentación desde la agroecología a las tendencias cambiantes de los sistemas agroalimentarios regionales y locales. A pesar del aumento de estudios sobre los sistemas agrícolas tradicionales y las prácticas agroecológicas en los últimos 35 años, existen vínculos débiles entre los conocimientos agroecológicos y las prácticas de los agricultores. En esta presentación, se sostiene que la interdependencia crítica entre la agricultura sustentable y la seguridad alimentaria en México o en Cuba debe abordarse principalmente desde un enfoque regional agroecológico. Afirmamos que el éxito del nexo agroalimentario debe basarse en el grado y nivel de sustentabilidad de los sistemas agrícolas tradicionales a escala regional. Los sistemas regionales de producción de alimentos deben ser el eje de una nueva política de producción agropecuaria, atención nutricional e investigación agroalimentaria.
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