Este trabajo reflexiona sobre el principio de autonomía privada en el proceso civil español, tomando como punto de partida el artículo 4 de la Ley Orgánica 1/2025, que regula los medios adecuados de solución de controversias (MASC). Aunque el precepto se presenta como un reconocimiento del valor de la autonomía privada, su análisis revela más bien un conjunto de limitaciones normativas que contradicen dicha proclamación. El artículo revisa el alcance real de la autonomía de las partes en procedimientos civiles y mercantiles, especialmente cuando los MASC se configuran como requisito de procedibilidad. La exposición cuestiona si puede hablarse de una verdadera autonomía cuando la ley impone el uso de medios negociados como paso previo obligatorio al acceso a la jurisdicción. También se examinan los límites clásicos de la autonomía privada: ley imperativa, buena fe y orden público, y su aplicación específica en casos como las controversias de consumo. El estudio concluye que, si bien la autonomía privada sigue siendo un principio estructural del ordenamiento jurídico, su alcance actual está condicionado por una creciente intervención normativa que, en muchos casos, reduce su función constitutiva y refuerza una función reglamentaria bajo control legislativo.
This article offers a critical reflection on the principle of private autonomy in Spanish civil procedure, using Article 4 of Organic Law 1/2025-which regulates appropriate dispute resolution methods (ADR)-as a focal point. Although the article appears to reaffirm private autonomy, its content reveals a dense framework of legal limitations that ultimately weaken such a principle. The study explores the actual scope of party autonomy in civil and commercial matters, especially when ADR is imposed as a procedural prerequisite for judicial access. It questions whether true autonomy exists when the law mandates a negotiated path as a compulsory precondition. The paper further analyzes traditional limitations to private autonomy-mandatory law, good faith, and public policy-and how these boundaries operate in contexts such as consumer disputes. The conclusion suggests that, although private autonomy remains a structural principle in Spanish law, its constitutive dimension is increasingly constrained by legislative intervention, shifting its function toward regulated autonomy under legal oversight.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados