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Resumen de Distribución geoespacial del caracol gigante africano (l. fulica) vs Angiostrongylus s.p en el distrito especial de Santiago de Cali

Rubén Eduardo Varela Miranda, Carlos Andrés Aranaga Arias, Diana Carolina Zambrano, Carlos Julio Ramírez Zuluaga, Álvaro Nicolas Melo Hoyos

  • español

    El capítulo dos sobre el caracol Gigante Africano (Lissachatina fulica) en Cali y el Valle del Cauca expone una problemática ambiental y de salud pública que abarca múltiples áreas: control de plagas, investigación científica, y educación comunitaria. El caracol gigante africano (Lissachatina fulica) es una de las especies invasoras más peligrosas a nivel mundial, clasificada entre las 100 más dañinas por la UICN. En Cali, las condiciones climáticas, como la humedad y las lluvias estacionales, junto con el manejo inadecuado de residuos sólidos y escombros, favorecen su proliferación. Desde 2020, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA), ha reportado miles de especímenes recolectados en zonas urbanas y comunas como la 6, 14 y 2. Sin embargo, la expansión hacia áreas rurales representa una amenaza creciente para los ecosistemas locales y la agricultura. El contacto con L. fulica puede transmitir parásitos como Angiostrongylus s.p., que causan enfermedades graves como la meningoencefalitis eosinofílica y la angiostrongilosis abdominal en humanos, así como afecciones pulmonares en animales domésticos. Además, la plaga genera importantes pérdidas agrícolas y altera los ecosistemas, desplazando a especies nativas y afectando la calidad del suelo. Se han identificado factores clave en su propagación, como el exceso de materia orgánica en descomposición, zonas verdes abandonadas, y el uso de tierra o abonos que no tienen un control sanitario en relación a la presencia de huevos en ellas. Las campañas de recolección y educación comunitaria son fundamentales, pero el control efectivo se ve limitado en predios privados y zonas rurales, donde el caracol encuentra condiciones ideales para reproducirse, llegando a depositar entre 900 y 1,200 huevos al año. Mapas de calor elaborados por el DAGMA y nuestros estudios científicos recientes muestran que las comunas históricas más afectadas son la 5, 6, 8, 10 y 11. En el Valle del Cauca, la plaga ha sido detectada en 35 municipios, con mayor incidencia en La Unión y Toro. La investigación de Aguilera-Arango et al. (2020), revela que la distribución está influenciada por la altitud y las condiciones climáticas, siendo las áreas bajas y húmedas las más vulnerables. El Caracol Gigante africano, ha sido declarado plaga desde 2008 en Colombia, y su control requiere un enfoque integral que combine esfuerzos gubernamentales, académicos y comunitarios. En el marco del proyecto de investigación Caracol africano, la Universidad Santiago de Cali, ha desarrollado e implementado, herramientas como pruebas moleculares para detectar parásitos y programas educativos para sensibilizar a la población. Sin embargo, persisten desafíos significativos, como la limitada capacidad para manejar la plaga en áreas privadas y rurales, y la necesidad de más datos sobre la interacción entre L. fulica y el microclima local. La resolución 654 del Ministerio de Ambiente ha establecido lineamientos para la prevención y control de esta plaga, pero su implementación requiere de recursos específicos, una base de datos actualizada y medidas coordinadas entre diversos actores. La presencia de L. fulica en Cali y el Valle del Cauca no solo plantea riesgos ambientales y económicos, sino también graves implicaciones para la salud pública ya que los Angiostrongylus s.p., están presentes en las comunas de Cali. Su control debe priorizarse medianteestrategias integrales, basadas en la investigación científica y el compromiso comunitario, para mitigar su impacto y prevenir su propagación a nuevas áreas.

  • English

    Chapter Two: The African Giant Snail (Lissachatina fulica) in Cali and Valle del Cauca. This chapter highlights an environmental and public health issue involving pest control, scientific research, and community education. The African giant snail (Lissachatina fulica) is among the world’s most dangerous invasive species, listed as one of the 100 most harmful by the UICN. In Cali, climatic conditions such as humidity and seasonal rains, coupled with improper management of solid waste and debris, facilitate its proliferation. Since 2020, the Administrative Department of Environmental Management (DAGMA) has reported thousands of specimens collected in urban areas and neighborhoods such as Communes 6, 14, and 2. However, its expansion into rural areas poses an increasing threat to local ecosystems and agriculture. Contact with L. fulica can transmit parasites like Angiostrongylus spp., which cause severe diseases such as eosinophilic meningoencephalitis and abdominal angiostrongyliasis in humans, as well as pulmonary conditions in domestic animals. Additionally, the pest causes significant agricultural losses and disrupts ecosystems, displacing native species and affecting soil quality. Key factors driving its spread include an excess of decomposing organic matter, abandoned green spaces, and the use of soil or fertilizers lacking sanitary controls to prevent the presence of eggs. Community education and collection campaigns are crucial; however, effective control is limited in private properties and rural areas, where the snail finds ideal conditions for reproduction, laying between 900 and 1,200 eggs annually. Heat maps created by DAGMA and recent scientific studies reveal that historically affected communes include 5, 6, 8, 10, and 11. In Valle del Cauca, the pest has been detected in 35 municipalities, with higher prevalence in La Unión and Toro. Research by Aguilera-Arango et al. (2020) shows that distribution is influenced by altitude and climatic conditions, with low, humid areas being most vulnerable. The African giant snail has been classified as a pest in Colombia since 2008, and its control requires an integrated approach combining governmental, academic, and community efforts. Under the African Snail Research Project, the University of Santiago de Cali has developed and implemented tools like molecular tests to detect parasites and educational programs to raise public awareness. However, significant challenges persist, such as limited capacity to manage the pest in private and rural areas and the need for more data on the interaction between L. fulica and local microclimates. Resolution 654 by the Ministry of the Environment establishes guidelines for preventing and controlling this pest, but implementation requires specific resources, an updated database, and coordinated actions among various stakeholders. The presence of L. fulica in Cali and Valle del Cauca poses not only environmental and economic risks but also serious public health implications, as Angiostrongylus spp. are present in Cali’s communes. Control efforts must prioritize integrated strategies based on scientific research and community engagement to mitigate its impact and prevent further spread to new areas.


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