Partimos de entender al diseño como un proceso compuesto de varios pa-sos, cuyo pasaje está mediado por las decisiones y el significado atribuido por el arquitecto que diseña. Durante el proceso de diseño, el dibujo es el medio por el cual se establecen los avances, las orientaciones y las aproxi-maciones múltiples hacia una propuesta de diseño, evidenciando su función de instrumento y registro a través de los trazos en el papel. En la práctica académica, el estudiante necesita desarrollar su capacidad de abstracción para potenciar su práctica proyectual y fortalecer una lógica operacional reflexiva junto con el desarrollo de destrezas manuales y creatividad. El uso de diversos instrumentos gráficos, como los trazos a mano, los medios digitales y la modelación tridimensional, permite un enfoque integral del proceso de diseño. Estos medios no solo facilitan la representación, sino que también enriquecen la exploración formal y conceptual y promueven una relación más dinámica entre lo manual y lo digital. En este sentido, el artículo enfatiza que estos instrumentos no son excluyentes, sino comple-mentarios, y que su correcta integración en la enseñanza de la arquitectura es clave para potenciar la expresividad, la precisión y la capacidad proyectual de los futuros arquitectos, adaptarlos a los desafíos contemporáneos del diseño arquitectónico y a la evolución de las tecnologías de representación y visualización digital
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