La asamblea democrática constituye para el pensamiento político de Aristóteles una dificultad, puesto que la de asambleísta resulta ser una magistratura indefinida, que no se deja tomar exhaustivamente por los conceptos de "koinonia" y "politeia" con los cuales el filosofo intenta definir la "polis". Esta singularidad de la asamblea democrática - visible en el razonamiento aristotélico a partir de las inconsistencia de su argumentación - remite a las practicas políticas concretas, en las que puede percibirse una capacidad innovadora inusitada que imposibilita su fijación en un plano conceptual inmutable. (a)
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