Pocos lugares concentran más magia o leyendas que el desierto del Sahara. Y ningún lugar del rey de los desiertos es tan rico en ellas como el “Desierto Líbico” que se extiende por Libia, Egipto y Chad. En sus arenas, dicen, se perdió sin dejar rastro un ejército entero del rey persa Cambises; en uno de sus oasis –Siwa- Alejandro Magno…
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