Una de las dimensiones más innovadoras del Gobierno Lula en su primer año de mandato ha sido la dirección de su política exterior. Este texto analiza los elementos de continuidad y de cambio presentes en dicha política. Para ello, divide en primer lugar la política exterior en política de Estado y política de Gobierno. A continuación, analiza de qué forma la posición tradicional de la diplomacia brasileña en defensa del multilateralismo se ha combinado, en el Gobierno actual, con la comprensión de que los procesos de multipolarización en curso en el sistema internacional constituyen el cauce más favorable para defender y ampliar el margen de independencia de Brasil en el mundo. El texto debate la forma en que dicha orientación ha llevado al Gobierno a estrechar sus relaciones con diferentes polos de poder en el sistema internacional y a conceder una prioridad real a la integración económica y política de América del Sur. Finalmente, llama la atención sobre las tensiones existentes entre la nueva orientación de la política exterior brasileña y el perfil ortodoxo de la política de estabilización macroeconómica adoptada por el Gobierno para luchar contra la crisis cambiaria existente al principio de su mandato.
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