La adopción de una política económica, monetaria y fiscal conservadora y drásticamente ortodoxa, por parte del Gobierno de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, en el poder desde hace ya más de un año, la justifican sus impulsores por la necesidad y la situación delicada del país, así como por la ausencia de alternativas. En este sentido, el autor argumenta y analiza en este trabajo las siguientes cuestiones: ¿estaba el país al borde del abismo?; ¿había alguna alternativa posible a la política ortodoxa adoptada?; ¿cómo, cuándo y a qué velocidad puede cambiarse la política inicial? Después de subrayar que el Gobierno de Lula convive, aparentemente, con una mezcla de inseguridad e ingenuo optimismo, el autor afirma la necesidad de dar un giro inexorable, aunque gradual, a la política económica en vigor.
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