Se presenta una doble visión de la utilización de los campos magnéticos en aplicaciones clínicas. Se muestra primero una perspectiva histórica, de forma que aparece la relación entre los cada vez mejores resultados que la utilización de estas técnicas permitía, y el incensante perfeccionamiento de la doctrina del biomagnetismo.
Ello permite ver cómo se han ido encajando los distintos modelos que componen el conocimiento de los efectos de los campos magnéticos sobre las diferentes funciones y órganos que constituyen la anatomía humana. Los modelos de la activación de los iones por el campo magnético, la absorción de energía del campo según un modelo ciclotrónico, primero, y después su buena concordancia con el proceso de la resonancia electrónica paramagnética, permiten establecer que los distintos fenómenos bioelectromagnéticos son realmente facetas interrrelacionadas del proceso de interacción.
Puede verse también que el desarrollo de estas técnicas ha sido muy desigual si comparamos la evolución de estas técnicas terapéuticas en los países de nuestro entorno occidental con lo que se desarrollaba en el entorno de los países del área liderada por la extinta Unión soviética. En nuestro entorno próximo se usaban inicialmente como parte de la electroterapia y en problemas de reparación ósea, mientras que en los países del este, los campos magnéticos se utilizaban principalmente en problemas más cotidianos de la medicina interna y, sobre todo, se aplicaba el campo magnético simultáneamente con otra forma de energía. Por ello en su literatua técnica se mencionaban términos como magnetoláser, magnetoiontoforensis, etc.
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