El nuevo sistema político ensayado por Estados Unidos a finales del siglo XIX en varias antiguas colonias españolas establece un orden político a partir de unos planteamientos colonialistas que, en parte, se basaron en ideas y argumentos binarios sobre los conceptos de civilización versus salvajismo, y civilización versus barbarie. Una novedad en la forma de actuar fue el uso de la fotografía como elemento de propaganda de la misión civilizadora que amplió el radio de acción del mensaje, además de revestirlo de cierta objetividad y cientifismo. En la representación fotográfica hay que destacar la imagen de la mujer puertorriqueña, casi siempre racializada en la mirada estadounidense: trabajadoras mulatas o negras en el café y el tabaco, sombrereras, lavanderas negras, campesinas negras y pobres, en algunos casos mezcladas con población de origen indígena, nanas afrodescendientes de niños blancos, la mujer negra enferma, etc. El contraste con la mujer blanca se presenta en esta fotografía colonial con la mujer estadounidense recién llegada, en tanto que la americanización posible se realiza a través de fotografías de la nueva escuela. Estados Unidos aparece como la potencia salvadora de la isla-mujer que es la isla de Puerto Rico y de su población, representada por los niños negros que anhelan la llegada de los nuevos colonizadores.
The United States experimented with a new political system in several former Spanish colonies at the end of the nineteeth century. This system established a political order based on colonialist approaches that were partly based on binary conceptualizations such as, civilization versus savagery and civilzation versus barbarism. A novelty in this approach was the use of photography as a propaganda tool.
This technology extended the reach of the U.S. civilizing mission and imbued it with a certain objectivity and scientism. In photographic representations, the image of the Puerto Rican woman stands out. Always racialized by the U.S., she was typically represented in scenes of mulatto or Black workers in the coffee and tobacco industries, as hatters or Black laundresses, as Black and poor peasant women, in some cases mixed with the Indigenous population, as nannies of African descent taking care of white children, or as sick Black women. The contrast with the white woman is presented in U.S. colonial photography with the newly arrived American woman. The United States appears as the saving power of the “island-woman,” that is, the island of Puerto Rico and its people, represented by Black children passively waiting for the arrival of the new colonizers.
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