Pocas son las líneas que se conservan acerca de la Virgen Maria de Leandro de Sevilla, pero su fuerte contenido bíblico y patrístico es suficiente para interpretar la gran "pasión" con que el autor se expresa sobre la Virgen. En su "Homelia in laude Ecclesiae", correspondiente a la clausura del III Concilio de Toledo, no dijo nada de ella, pero el hecho de confesar allí la divinidad de Jesucristo suponía ya un reconocimiento implícito de Maria como Madre de Dios, cosa que el autor considera expresamente en su obra "De institutione virginum". A partir del titulo de "Madre de Dios" se justificará otra serie de títulos que le aplica a Maria fundamentados en sólidas bases bíblicas y patrísticas y remarcados con un esmerado uso de la retórica clásica.
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