Barcelona, España
Entre el gran abanico de paisajes culturales que reconocemos hoy día,destacamos los mineros por asumir intensas transformaciones del territorio,siendo, por tanto, testimonios del trabajo del hombre sobre su medio paraaprovechar los recursos minerales. Con la crisis de los 60 y 70 que lleva alcierre de la mayoría de las minas, y con la creciente tendencia hacia el turismocultural, los espacios de la minería se empiezan a revalorizar por sus vínculoscon la cultura local, y por las oportunidades que reúnen para impulsar un nuevodesarrollo socioeconómico. Ante esta realidad, se ponen en marcha proyectosde recuperación minera bien diversos, primero en los países europeos con largatradición en el sector y luego en España. Centrándonos en el ámbito español,destacamos dos tendencias de reconversión minera, las que formarán el objetode estudio del presente trabajo. Existen, por un lado, los paisajes que, alsometerse en intensos procesos de transformación y naturalización, se vuelvena aprovechar sin recordar su orígen minero. Y por otro existen aquellos espaciosmineros que, a pesar de su imagen degradada, forman objeto de valorizaciónpatrimonial, poniendo en valor las huellas que deja la actividad extractiva.Estudiamos ejemplos representativos de cada tipo para poner de relieve lagran diversidad de formas que existen para reactivar aquellos lugares valiosos,sea con la interpretación del patrimonio minero y del paisaje en sí, o a travésde procesos que apenas recuerdan su pasado. Aunque todavía queda un largocamino por recorrer, las actuaciones de ambos tipos realizadas hasta la fechademuestran que, a pesar del abandono y la degradación, muchos paisajesmineros se pueden convertir en activos culturales para fomentar un nuevo tipode turismo de calidad, al beneficio de las comunidades que los han producido
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